lunes, 24 de octubre de 2011

PRÁCTICA 12: Pensemos negativamente.



Tema: Actitudes, habilidades y valores en la comunicación intrapersonal e interpersonal. Ruido, Redundancia, Fidelidad.
 

Objetivos: Que los participantes:
• Evalúen las respuestas que tenemos que construir ante los demás para evitar los conflictos, malos entendidos y ubicar las principales reglas a seguir.
• Comprendan la importancia de aceptar las recomendaciones, juicios y conductas que nos permitan valorar a partir de la concepción que tenemos de los demás y de lo que nos toca asumir para lograr un equilibrio consigo mismo y con su realidad.
• Evalúen la forma como tienen que dirigirse a los otros a partir de negar lo que son recomendaciones para que modifiquen parte de su actuación y puedan sobresalir como seres humanos.

Descripción de los objetivos:
Con el conjunto de recomendaciones que se te presentan en la parte de abajo de esta práctica, cada uno de los participantes responderán de manera opuesta o negativa a las apelaciones, réplicas, guías o afirmaciones.
No se trata de responder en forma literal a lo que se afirme, sino de provocar en los que los lean, una reflexión, hilaridad, regocijo y una experiencia de aprendizaje significativo.

Actividades: Instrucciones específicas:
Después de la lectura de cada uno de los párrafos de recomendaciones que se te dan, tu tarea inmediata es el de elaborar, de cada una de las afirmaciones, una propuesta de lo que no se debe realizar. Esta tarea la realizarás en la biblioteca, tu hogar o lugar de estudio favorito.
Presentarás tus resultados escritos en tu blog para recibir comentarios de los demás participantes.

Recursos materiales a utilizar:
Internet para mostrar las respuestas de cada uno de los participantes.

Recomendaciones
1.- La única forma de salir ganando en una discusión es evitándola. ¿Por qué demostrar a un hombre que se equivoca? ¿Has de agradarle con eso? ¿Por qué no dejarle que salve su dignidad? No te pidió una opinión. No le hacía falta. ¿Por qué discutir con él? Hay que evitar siempre el ángulo agudo. Sólo hay un modo de sacar la mejor parte de una discusión: evitarla. "Si discute usted, y pelea y contradice, puede lograr a veces un triunfo; pero será un triunfo vacío, porque jamás obtendrá la buena voluntad del contrincante" dijo Benjamin Franklin. Piense, pues, en esto ¿Qué prefiere tener: una victoria académica, teatral, o la buena voluntad de un hombre? Muy pocas veces obtendrá las dos cosas. "El odio nunca es vencido por el odio sino por el amor" y un malentendido no termina nunca gracias a una discusión sino gracias al tacto, la diplomacia, la conciliación, y un sincero deseo de aprecia el punto de vista de los demás.

La forma más sencilla de triunfar en un conflicto es enfrentarse a él, es mejor decirle a la persona porque está equivocado, si te lo agrádese o no eso no importa, a que dejar que vea sus propios errores no importando que tan humillante sea,  poner en claro lo que está en discusión es mejor, tal vez vea sus errores.El odio puede eliminarse aunque este no sea por amor, los puntos de vista no siempre son bueno.

2.- "No debe perder tiempo en discusiones personales la persona que está resuelta a ser lo más que pueda, y menos todavía debe exponerse a las consecuencias, incluso a la ruina de su carácter y la pérdida de su serenidad.
Ceder en las cosas grandes sobre las cuales no puedes exhibir más que derechos iguales; y ceder en las más pequeñas aunque te sean claramente propias. Decía Abraham Lincoln: “Mejor es dar paso a un perro, que ser mordido por él al disputarle ese derecho. Ni aun matando al perro se curaría de la mordedura"

No importa cuánto tiempo te tardes en resolver los problemas con otras personas, debes poner en riesgo todo lo que este a tu disposición no importando la consecuencia de tus actos.  No te debes dar por vencido siempre hay una solución para todo, lo más importante es seguir conservando lo que quieres  y no vencerse ante los obstáculo.

3.- Para impedir que un desacuerdo se transforme en una discusión: Acepte el desacuerdo (Cuando dos socios siempre están de acuerdo, uno de ellos no es necesario.); quizás este desacuerdo es su oportunidad de corregirse antes de cometer un grave error. Desconfíe de su primera impresión instintiva. Controle su carácter. Primero escuche, dele a su oponente la oportunidad de hablar, déjelo terminar. Busque las áreas de acuerdo y expóngalas antes los demás para que las acepten o rechacen.

Si se genera una discusión por la diferencia de ideas eso no importa, siempre apéguese a su punto de vista, no deje que los demás influyan en sí, sí por el contrario este no está totalmente de acuerdo con usted no le dé  la oportunidad de convencerlo y de corregir su opinión, puede que su idea sea la correcta y el este totalmente equivocado y te lleve a la ruina. Actué como más le convenga sin importar la actitud que tenga.  No cambie de idea que la suya siempre será la correcta.



4.- Sea honesto; busque los puntos donde puede admitir su error, y hágalo, discúlpese por sus errores, eso desarmará a sus oponentes y reducirá la actitud defensiva. Prometa pensar y analizar con cuidado las ideas de sus oponentes; y hágalo en serio, sus oponentes pueden tener razón.
Agradezca sinceramente a sus oponentes por su interés. Posponga la acción de modo que ambos bandos tengan tiempo de repensar el problema (sugiera otra reunión). Cuando dos personas gritan, no hay comunicación, sólo ruido y malas vibraciones.

Mienta no es necesario aceptar nuestros errores, no sirve de nada decir la verdad para que disculparse con alguien si tu opinión siempre fue la correcta. Sólo piense en sí mismo no en los demás.


5.- Demuestre respeto por las opiniones ajenas. Jamás diga a una persona que está equivocada. No empiece nunca anunciando: Le voy a demostrar tal y tal cosa. Hace que quien lo escucha quiera librar batalla con usted, antes de que empiece a hablar. Si va usted a demostrar algo, que no lo sepa nadie. Hágalo sutilmente, con tal destreza que nadie piense que lo está haciendo.
Si alguien hace una afirmación que a juicio de usted está errada -sí, aun cuando usted sepa que está errada- es mucho mejor empezar diciendo: Bien, escuche. Yo pienso de otro modo, pero quizá me equivoque. "Ponte rápidamente de acuerdo con tu adversario" No hay que discutir con el cliente o con el cónyuge o con el adversario. No le diga que se equivoca, no lo haga enojar; utilice un poco de tacto, de diplomacia.

La opiniones de los demás no valen la pena para que escucharlos, se sincero y muéstrele su gran equivocación sea claro y directo, muéstrele a la gente que está a su alrededor  que se equivoco y por ello merece ser avergonzado. Si por el contrario usted se equivoco reaccione de forma grosera y brusca, hágale notar que usted nunca tiene errores, es un ser perfecto.


6.- Si usted está equivocado, admítalo rápida y enfáticamente. Si sabemos que de todas maneras se va a demostrar nuestro error, ¿no es mucho mejor ganar la delantera y reconocerlo por nuestra cuenta? ¿No es mucho más fácil escuchar la crítica de nuestros labios que la censura de labios ajenos?
Diga usted de sí mismo todas las cosas negativas que sabe está pensando la otra persona, o quiere decir, o se propone decir, y dígalas antes de que él haya tenido una oportunidad de formularlas, y le quitará la razón de hablar. Cuando tenemos razón, tratemos pues de atraer, suavemente y con tacto, a los demás a nuestra manera de pensar; y cuando nos equivocamos -muy a menudo, por cierto, a poco que seamos honestos con nosotros mismos- admitamos rápidamente y con entusiasmo el error. "Peleando no se consigue jamás lo suficiente, pero cediendo se consigue más de lo que se espera".


Nunca admita sus propia equivocaciones para que nadie se dé cuenta de que se equivoco, no haga caso de lo que digan lo demás vea por su reputación. Muestre todo su lado positivo y los logros que ha conseguido aunque estas sean mentiras, no importa la honestidad es mejor siempre ganar.

7.- Empiece en forma amigable. Si vienes hacia mí con los puños cerrados -dijo Woodrow Wilson- creo poder prometerte que los míos se apretarán más rápido que los tuyos, pero si vienes a mí y me dices: "Sentémonos y conversemos y, si estamos en desacuerdo, comprendemos por qué estamos en desacuerdo, y precisamente en qué lo estamos", llegaremos a advertir que al fin y al cabo no nos hallamos tan lejos uno de otro, que los puntos en que diferimos son pocos y los puntos en que convenimos son muchos, y que si tenemos la paciencia y la franqueza y el deseo necesario para ponernos de acuerdo a ello llegaremos." Es como el juicio que dice: "Una gota de miel caza más moscas que un galón de hiel".

Nada se interpondrá en mi respuesta, siempre tendré la razón ante todo no importando quien sea y que es lo que piense, el pensamiento de los demás no tiene valor, y por ello no tiene objeto escucharlo y tratar de establecer un arreglo. Aunque sepa que mi respuesta no es correcta no debo ser franco con los demás  siempre veré por mi propio bienestar.

8.- Consiga que la otra persona diga "Sí, sí", inmediatamente. Cuando hable con alguien, no empiece discutiendo las cosas en que hay divergencia entre los dos. Empiece destacando -y siga destacando- las cosas en que están de acuerdo. Siga acentuando -si es posible- que los dos tienden al mismo fin y que la única diferencia es de método y no de propósito.

Nunca obligue a los demás a decir una respuesta que usted desea.  Cuando hable a cerca de la diferencia de criterios, muéstrele que tiene la razón y recuérdale todos los errores y desacuerdos que han tenido en los que tu hayas tenido la razón.

9.- Cuando una persona ha dicho No todo el orgullo que hay en su personalidad exige que sea consecuente consigo misma. El orador hábil obtiene "desde el principio una serie de Seis", como respuesta. Discutir no da beneficios, es mucho más provechoso e interesante mirar las cosas desde el punto de vista del interlocutor y hacerle decir "sí, sí" desde un principio. Método socrático: obtener una respuesta de "sí, sí". Hacía preguntas con las cuales tenía que convenir su interlocutor. Seguía ganando una afirmación tras otra, hasta que tenía una cantidad de "seis" a su favor. Seguía preguntando, hasta que por fin, casi sin darse cuenta, su adversario se veía llegando a una conclusión que pocos minutos antes habría rechazado enérgicamente. Quien pisa con suavidad va lejos.

Si una persona te dice que no, no importa sigue insistiendo y discute por tu propia opinión para de esa manera cambiar su punto de vista.

10.- Permita que la otra persona sea quien hable más. Casi todos nosotros, cuando tratamos de atraer a los demás a nuestro modo de pensar, hablamos demasiado, lo cual es un error. Dejemos que hable la otra persona. Si estamos en desacuerdo con ella, podemos vernos tentados a interrumpirla. Pero no lo hagamos. Es peligroso. No nos prestará atención mientras tenga todavía una cantidad de ideas propias que reclaman expresión. La verdad es que hasta nuestros amigos prefieren hablarnos de sus hazañas antes que escucharnos hablar de las nuestras. En conclusión: "Si quieres tener enemigos, supera a tus amigos; si quieres tener amigos, deja que tus amigos te superen".

 No dejes hablar al otro, debes atacarlo con palabras estas deben ser excesivas. Mediante esto podremos poner nuestras ideas en la cabeza de la persona, y las de él saldrán de inmediato de esta manera no tendrá un pensamiento crítico y se dificultara demostrar su propio criterio.

11.- Permita que la otra persona sienta que la idea es de ella. Trate honradamente de ver las cosas desde el punto de vista de la otra persona. ¿No sería más sagaz hacer sugestiones y dejar que los demás lleguen por sí solos a la conclusión? Al hombre hay que enseñarle como si no se le enseñara y proponerle lo desconocido como olvidado. Dejar que la otra persona sienta que la idea es suya. "La razón por la cual los ríos y los mares reciben el homenaje de cien torrentes de la montaña es que se mantiene por debajo de ellos. El sabio que desea estar por encima de los hombres se coloca debajo de ellos; el que quiere estar delante de ellos se coloca detrás" manifestaba Lao Tsé.

No  debes aceptar las ideas de los demás no importa lo que sientan o piensen, déjale ver tus propios pensamientos e impide que vea los suyos. Se egoísta con los demás y piensa en ti.

12.- Recuerde que la otra persona puede estar equivocada por completo. Pero ella no lo cree. No la censure. ¿Qué pensaría, cómo reaccionaría yo si estuviera en su lugar? Al interesarnos en las causas es menos probable que nos disgusten los efectos. El buen éxito en el trato con los demás depende de que se capte con simpatía el punto de vista de la otra persona. "Se coopera eficazmente en la conversación cuando uno muestra que considera las ideas y sentimientos de la otra persona tan importantes como los propios. El modo de alentar al interlocutor a tener la mente abierta a nuestras ideas, es iniciar la conversación dándole claras indicaciones sobre nuestras intenciones, dirigiendo lo que decimos por lo que nos gustaría oír si estuviéramos en la piel del otro, y aceptando siempre sus puntos de vista".

Gritarles has que  queden mal frente a todos , que sepa ella o él que estan mal y aparte que también se entere todo el mundo. No hay que tener la mente abierta hacia otras opiniones, para que aceptar su punto de vista no vale la pena ponernos en el papel del otro.

13.- Muestre simpatía por las ideas y deseos de la otra persona. Frase mágica que sirva para detener las discusiones para eliminar malos sentimientos, crear buena voluntad y hacer que se lo escuche atentamente: “Yo no lo puedo culpar por sentirse como se siente. Si yo estuviera en su lugar, no hay duda de que me sentiría de la misma manera." La especie humana ansia universalmente la simpatía.

Nuca muestres simpatía por las ideas de los demás,  no opines igual que ellos, siempre discute y has tu propia voluntad debes hacer que te escuchen, es mejor generar  un conflicto a que te vean indefenso ante los demás.

14.- Apele a los motivos más nobles. Por lo común la gente tiene dos razones para hacer una cosa: una razón que parece buena y digna, y la otra, la verdadera razón. A fin de modificar a la gente apelemos a sus motivos más nobles.

No siempre se discutirán por la cosas buenas, no hay cosas razonables ni verdaderas siempre se verá por el propio beneficio de la persona.

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